RURALES Y CON FUTURO: FERRAN MONFERRER, PROMOTOR DE ‘D´ARMELA’ (Tírig)

18 diciembre 2020 | Sin categorizar

Desde el Grupo de Acción Local Maestrat Plana Alta estamos comprometidos con impulsar el emprendimiento en nuestro territorio rural. Somos unos convencidos de las enormes posibilidades que tienen nuestros pueblos para seguir generando oportunidades y mejorar día a día su futuro consolidando población que elija desarrollar aquí su proyecto de vida, tanto el personal como el profesional.

Hoy conocemos mejor a Ferran Monferrer. Es el promotor de D’Armela (www.darmela.com). Se trata de una empresa agroalimentaria dedicada a poner en valor los productos agrícolas de cultivo en secano del Maestrat.

P. ¿A qué sector te dedicas?

R. El foco inicial fue la almendra marcona, ya hemos incorporado el aceite de oliva y la miel, y estamos trabajando para sumar la trufa y la algarroba. Nuestro obrador está situado en pleno campo, entre Tírig y el Museo de la Valltorta. Nos enmarcamos en las corrientes de km0, slow food y alimentación natural y saludable. Trabajamos en dos líneas de producto claramente diferenciadas:  una de productos gourmet con fuerte arraigo en el Maestrat, dirigida al turismo local y a las personas con origen en el territorio;  y otra de alimentación funcional, alineada con las corrientes de consumo vegano y vegetariano y dirigida a un mercado global.

P. ¿Cómo te surgió la idea de emprender tu proyecto profesional en el pueblo?

R. El estar ubicado en Tírig forma parte de mi proyecto vital. Crecí en Benassal, me formé en Valencia, y el conocer a mi pareja fue decisivo para elegir Tírig como mi hogar. En Tírig es donde me he desarrollado profesionalmente y donde ha crecido mi familia. El proyecto D’Armela ha estado latente en forma de idea durante toda mi carrera profesional, pero tomó forma en 2017 a partir de la visita a la Feria Biofach (Núremberg – Alemania), la feria de referencia de productos ecológicos a nivel mundial. Descubrí un amplio abanico de productos innovadores elaborados con nuestras materias primas agrícolas y allí mismo tuve claro cuál era el camino a seguir y la idea paso a proyecto en pocas semanas. El mismo 2017 participé en la 2ª edición de MOVEUP en el CEEI Castellón, un programa de desarrollo de negocio para emprendedores, y gané el 3er premio compitiendo con startups tecnológicas que basaban sus desarrollos en tecnologías de última generación. 2018 y 2019 fueron dos años de burocracia desesperante y 2020 está siendo el año del lanzamiento.

P. ¿Cuáles han sido las principales dificultades con las que te has encontrado para poner en marcha tu negocio?

R. El principal escollo para abrir una empresa agroalimentaria son los tempos de la Administración, la lentitud para resolver todos los trámites legales imperativos y también para la resolución de las solicitudes de subvención en cada momento, unos tempos que no se corresponden con el dinamismo que requiere la actividad empresarial y que llevan a aumentar el coste de instalación y a la pérdida de oportunidades de negocio. La primera dificultad fue el propio programa LEADER. Un 10 para el interés y el esfuerzo de la Gerente del GAL MAESTRAT PLANA ALTA, pero lo de la Dirección General de Valencia fue otro cantar. El año 2018 perdido entero con los retrasos de la orden y el proceso de solicitud, luego los requisitos arbitrarios y cambios de criterio incluso tras haber vencido los plazos, sin margen de maniobra para completar la documentación (tanto en presentación cómo en justificación), imposición en la Orden de limitaciones arbitrarias para la implantación de empresas agroalimentarias que ya hicieron desistir a muchos solicitantes, limitación a su facturación futura con la amenaza de tener que devolver la subvención si consiguen consolidarse y crecer… Me quedó la sensación de que en la Dirección General a los solicitantes se nos visualiza como delincuentes y se nos ahoga a exigencias que provocan la frustración de los emprendedores en lugar de convertirse en un instrumento para acompañar el relanzamiento de las zonas rurales. Pero eso sólo fue el principio. La legalización ha sido un culebrón peor aún. La Administración (Ayuntamientos + Diputación + Consellerias) transmite descoordinación y desinterés. El discurso político de fomento del emprendimiento, de valorización de los productos locales o de lucha contra el despoblamiento, pierde toda su credibilidad en el momento en el que inicias los trámites vinculados a tu actividad. Entras en una carrera de salto de obstáculos que dificulta el proceso y provoca un fuerte desgaste.

No todos los departamentos funcionan igual, pero cuando se trata de trámites vinculantes el último en resolver es el que marca los plazos. En mi caso, para legalizar la actividad del Obrador:

– 30 días para obtención del número de Registro de Empresas Alimentarias de Conselleria de Sanidad

– 60 días para recepción del Informe Vinculante de Conselleria de Urbanismo

– 270 días para recepción del Informe Vinculante de Conselleria de Agricultura (vías pecuarias) – 445 días para que Diputación (Carreteras) pidiera ampliación de información para emitir su informe vinculante.

– 638 días, (a 14/9/20) pasados sin que Diputación (Carreteras) haya emitido su informe vinculante.

– 273 días para que el Ayuntamiento decidiera emitir el Certificado de Conformidad (desde que tenía obligación legal de firmarlo, escudándose en que faltaba el informe de Diputación (Carreteras), que aún no ha llegado).

RESULTADO: 573 días para obtener el Certificado de Conformidad del Ayuntamiento el 30/06/20, y todavía condicionado a lo que algún día pueda imponer el informe vinculante que Diputación (Carreteras) aún no ha emitido (ya van 638 días desde la solicitud) y a estas alturas mejor si se les traspapela.

P. ¿En qué te ha ayudado el Grupo de Acción Local Maestrat Plana Alta?

R. Mi contacto siempre ha sido con Marta, la gerente del GAL. Siempre mostró gran interés y diligencia en resolver todas las dudas que presenté y me asesoró sobre cómo cumplir todos los requisitos que exigía la Dirección General. Por su parte sólo encontré facilidades y fue el factor clave para que no desistiera y completara mi expediente.

P. ¿Qué ha sido lo más positivo de tu experiencia con nosotros?

R. Lo mejor ha sido obtener toda la financiación solicitada, lo cual ha supuesto un fuerte impulso para la implantación de la actividad de D’Armela. Y siempre quedará el buen recuerdo de la relación con Marta, la gerente del GAL.

P. ¿Cómo valoras trabajar en el pueblo?

R. De mis 28 años de vida laboral sólo 6 han sido en ámbito urbano. Sin embargo, trabajo es trabajo. Lo que realmente marca la diferencia es la calidad de vida en el pueblo. Si vives en una ciudad y trabajas en un pueblo no notarás la diferencia hasta que te traslades a vivir al pueblo.

P. ¿Puntos fuertes de trabajar en un pueblo, y puntos débiles?

R. La visión puede cambiar según el tamaño del pueblo. En uno de 500 habitantes como Tírig en el que todavía tenemos los servicios esenciales de escuela, atención sanitaria, tiendas de alimentación, taller o bares, la visión seguro que es muy diferente de los pueblos en los que ya no los tienen.

 – Puntos fuertes: estilo de vida menos estresante que en una ciudad, desplazamientos cortos que permiten ir a pie o en bici, facilidad de aparcamiento, no hay atascos ni semáforos, todo el tiempo invertido en desplazamientos hasta el lugar de trabajo se convierte en tiempo libre. Si en una actividad es posible teletrabajar puedes ganar mucha calidad de vida.

– Puntos débiles: oferta muy escasa de puestos de trabajo que te permitan progresar en tu entorno y con tu especialidad, lo cual te obliga a inventar tu puesto de trabajo y a ser emprendedor. Mala calidad de las comunicaciones, falta ancho de banda. Los servicios que no existen hay que buscarlos en pueblos vecinos (banca, profesionales liberales, …) o incluso desplazarse a la costa (comercio en general). No hay transporte público. El uso del coche es imprescindible, no es una opción. Falta oferta de vivienda que no requiera rehabilitación.

P. ¿Hay algo que eches de menos respecto a una ciudad?

R. En la era de internet ya no. En los pueblos tenemos la misma forma de vida que en las ciudades. Acceso a la misma información, compras y trámites online. Antes de internet muchos profesionales establecidos en un pueblo tenían que desplazarse varias veces a la semana hasta la ciudad para abastecerse o para realizar gestiones. Ahora no es tan necesario. Es verdad que seguimos teniendo menos oferta de servicios (comercio, transporte, sanidad, universidad, sedes de instituciones,…). La vida sin un vehículo sí que es un problema, imposible para jóvenes o para una familia con niños, más llevadero para el estilo de vida de la gente mayor.

P. ¿Cómo es la calidad de vida en el pueblo?

R. El conocer a todos los vecinos genera un trato más cordial, más solidario y espíritu de cooperación. Se vive mucho más tranquilo, sin tráfico, hasta se percibe el silencio, sobre todo por la noche. Los niños son independientes a edades tempranas, pueden ir en bici a la escuela desde los primeros cursos, van solos por la calle y quedan para jugar sin vigilancia. Aprenden a socializar con niños de distintas edades de una forma natural. Es fácil la interacción con personas de distintas generaciones lo cual cohesiona la comunidad. En cuanto te instalas empiezas a socializar y unos te van introduciendo con otros de forma que sin darte cuenta te acabas integrando sin esfuerzo. Al vivir al lado de la naturaleza puedes incorporar actividades al aire libre a tu rutina diaria sin necesidad de automóvil. Ello también mejora la calidad de vida de las mascotas.

P. ¿Qué le dirías a alguien que se esté planteando dar el paso de volver o quedarse en el pueblo para iniciar su proyecto empresarial?

R. Hay que evaluar a fondo la viabilidad de su proyecto. En la mayoría de casos el coste de instalación será más bajo, pero lo realmente importante es la capacidad de generar ingresos y de sostener la actividad en el tiempo. Otro factor importante es la disponibilidad de vivienda. Si su proyecto es viable, que no lo dude. La calidad de vida compensará otras carencias. La pandemia ha hecho que muchas personas hayan venido a su casa del pueblo para teletrabajar. Eso demuestra que haciendo lo mismo y con los mimos ingresos no hay color entre vivir en un pueblo o una ciudad.

P. Haz una valoración de la experiencia junto al Grupo de Acción Local, cualquier cosa que nos puedas contar nos ayudará a seguir mejorando.

R. Hay que fomentar la coordinación entre departamentos de consellerias y administraciones locales. Por ejemplo, si para el turismo de interior es estratégica la gastronomía y la valorización de los productos locales, entonces Conselleria de Agricultura a través del LEADER u otras medidas no debería de dificultar que aparezcan iniciativas agroalimentarias sino todo lo contrario… Hay que agilizar y simplificar los trámites en lo posible, exigir el cumplimiento de la normativa debería de complementarse con un servicio de acompañamiento que ayude a los emprendedores a cumplir los requisitos de cada trámite. Como lo que hace la gerencia del GAL pero a todos los niveles.

Muchísimas gracias Ferran por tus aportaciones, y mucha suerte en tu nueva andadura profesional en nuestro territorio.

Podéis acceder a la página web de D´Armela aquí: www.darmela.com

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